domingo, 28 de septiembre de 2014

Tras el orto, el ocaso

                                                   Ocaso
                       Impresiona saber
que el tiempo es una nada,
Que los ojos que te miran
son solo rumor de agua
Que las manos que saludan
son calor de una llama
Que los recuerdos están grabados
al hierro de una fragua.

Impresiona tener
un camino de velas encendidas,
un mar de olas espumadas,
un cielo de luces blanquecinas
un suelo de huellas vaciadas.

Se van sumando los años,
como en una partitura recién escrita ,
en una historia  ya conocida
Es un abrirse de brazos,
un luchar por  hacer vida.
Con los hombros doloridos,
y unos puños apretados, 
Buscando unas pocas caricias,
recordando besos lejanos.

Un pasillo sin algodones,
ni piedras, ni flores,
No todos los días claros
ni constantes en nubarrones,
pero, pasan los años

Y se quedan, pensamientos de celofán en pequeños  envueltos
deseos secos, en cajones vacíos
sueños de lana en telares de proyectos.

Llorando en silencios, bajo la almohada,
guardo el diente para el ratón . 

                              Marga ( Septiembre 2014)

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