jueves, 24 de junio de 2010

Saramago

Murió Saramago, a unas horas de entrar el verano, por lo que su alma se habrá encontrado con el sol en su mejor momento, y en sus rayos se habrá disuelto porque ya sabemos que antes de nacer y despues de morir, somos nada, pero en el trayecto hemos sido, y algunos han dejado miles de palabras, maravillosamente entrelazadas, respondiendo a una lucidez y compromiso como ser humano a imitar, a pesar de la crítica final de quien menos debía opinar, porque a la Iglesia, a la curia, le hacia mal que este hombre no perteneciera al rebaño por lo tanto estaban críticos y preocupados, por sus escritos, ya que daba lecciones de filosofia, de concienciación, de compromiso, a la que esta religión católica, no parece que le convenga, porque no vemos en sus pastores personajes a su altura. Es el problema si las ovejas se rebelan se quedan sin rebaño,y sin rebaño no se necesitan pastores.
Por contra millones de personas en el mundo le lloraran (entre las que me encuentro), le leeran y posiblemente meditaran sobre su filosofia vital.
Es necesario que alguien siga su escuela, alguien que en un tiempo no muy lejano, coja su testigo, y las palabras, las miles de palabras que unas horas antes de morir el Instituto Cervantes lanzaban al aire, y se encuentren y formen frases y si hubiese podido votar como hicieron otras miles de personas, seguramente que habría votado las que estaba utilizando para su última novela: alabarda, espingarda, esta última haciendome recordar a mis abuelas que asi me llamaban cuando comenzaba mi adolescencia. Así se enfrentaba a la edad a la enfermedad con palabras.
Palabras, frases que quedaran y le perviviran, son las un hombre valiente, y bueno.
No voy a repetir nada de lo que a lo largo de estos días miles de escritores, políticos, paisanos etc, en blogs, periódicos y otros medios han escrito, con más o menos soltura, se le harán homenajes, a todos los niveles, pero yo desde aquí solo quiero que se sepa, que le he leído, y que me parecía un hombre íntegro y desde esa integridad un ejemplo.
Como homenaje , voy a copiar unos pequeños textos de un gran poeta, de mi tierra, tambien comprometido, y ya tambien muerto. Su nombre , JOSE HIERRO

A costa de cuánta pesadumbre melancólicamente soportada;
de cuanto gozo obstinadamente desterrado; de días y sombras
sepultados sin una sola lágrima, forjaste cada pluma de tus alas,
volaste hasta alcanzar los páramos del principio (del fin)

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